Por un lado, separamos las claras del huevo y las batimos al punto de nieve en un bol. Para ello, es recomendable utilizar un batidor de varillas eléctrico o también manual.

Comenzamos batiendo las claras a baja velocidad hasta que se forme un poco de espuma y a continuación batimos a más velocidad hasta lograr una forma más espumosa. Seguimos batiendo para alcanzar una espuma más densa y consiguiendo que las claras se monten a punto de nieve.

Por otro lado, licuamos el queso fresco, el yogur y el kiwi. Cuando tengamos la mezcla, lo batimos junto con las claras de huevo al punto de nieve y lo echamos en un vaso para tener listo nuestro batido espeso y espumoso.

¡No te olvides de rociarlo con una pizca de canela para darle ese sabor que agradece nuestro paladar!